Qué es el PH y como afecta a tu cuerpo

¿Qué es el pH y cómo afecta a tu cuerpo?

Las siglas pH significan literalmente “potencial de hidrógeno” o más explícitamente “potencial de hidrogeniones”.

Este término se acuñó a principios del siglo XX para medir la cantidad de iones de hidrogeno que había en los compuestos y asía determinar y medir la alcalinidad o la acidez de los mismos.

La medición del pH se efectúa en 14 tramos siendo el 7 el llamado pH neutro. Se calcula en base a un logaritmo de base 10. Es decir que cada uno multiplica por 10 al anterior.

El valor del pH se puede medir de forma precisa mediante un potenciómetro, también conocido como pH-metro (/pe achímetro/ o /pe ache metro/). Es un instrumento que mide la diferencia de potencial entre dos electrodos: un electrodo de referencia (generalmente de plata/cloruro de plata) y un electrodo de vidrio que es sensible al ion de hidrógeno.

En una disolución se emplea un papel indicador que cambia de color en función del grado de alcalinidad o acidez.

El más conocido es el papel tornasol. La acidez empieza en el color rojo y la alcalinidad termina en un color añil o violeta, siendo el neutro el color verde.

Aunque explicado así pueda resultar muy difícil, voy a tratar de aclararlo.

Cuando estudiábamos en el colegio nos decían que los compuestos químicos se dividían entre otros que no nos interesan en este tema de ácidos y bases. Eran los dos extremos de una misma cosa.

En el centro estaba lo neutro que podemos llamar equilibrio.

Todos sabemos lo que es un ácido porque lo identificamos mayor parte de las veces por su sabor agrio. Aunque no todos los ácidos son agrios. Una base, en cambio es más difícil de identificar ya que es todo lo contrario, pero con muchos matices. Puede ser amargo, áspero o acre.

Todo lo que se aleja del centro es malo por naturaleza.

Se atribuye a Aristóteles la frase “en el término medio esta la virtud”. Por eso ambos extremos de acidez o alcalinidad son igualmente tóxicos y perjudiciales. Tanto hace daño el ácido sulfúrico, por ejemplo, como sustancias alcalinas como la lejía o el amoniaco.

En lo que respecta a tu salud, en tu organismo conviven por así decirlo ambos tipos: el ácido en el exterior y el alcalino en el interior.

La razón es que los microorganismos que te afectan para bien o para mal, viven y se desarrollan en medios ácidos, por ejemplo, las bacterias, los virus, los hongos, etc.

Tu cuerpo se mantiene alcalino en el interior para no ser parasitado por estos microorganismos, a excepción del estómago y el intestino el que habitan ciertas bacterias que te ayudan a la digestión.

Tu sangre tiene pH 7, 3 que es ligeramente alcalino, ya que el pH neutro es el 7.

Todos los fluidos que vienen del interior: la sangre, la orina, la saliva son alcalinos. Sin embargo la piel es ácida, tiene un pH de 5,5. Esto es así para favorecer el crecimiento de ciertas bacterias que te protegen de otros elementos patógenos dañinos. El tipo de bacterias que viven en tu piel es transmitido de madres a hijos a través del canal del parto.

De esta manera tu cuerpo mantiene el equilibrio.

Los alimentos de origen animal, sobre todo las carnes, acidifican en exceso la sangre, otra de las razones para no ingerirlos.

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